Desde
hace tiempo existían sospechas de que detrás del movimiento
animalista-antitaurino debía de haber gato encerrado. Y un gato bien gordo. Es
evidente que se trata de una corriente que maneja mucho dinero, bien organizada
y profesionalizada. Se intuía que podrían esconderse oscuros intereses más allá
de las acciones violentas y vandálicas (ver apartado 9), de la manipulación y
distorsión de la imagen de la tauromaquia (ver apartado 10), de la proyección
social de tantas mentiras (ver apartados 11, 12 y 13), y de la persecución y
guerra sucia desarrollada contra el arte taurino (ver apartado 14).
Y
efectivamente, había gato encerrado. Gracias, principalmente, al trabajo de la
plataforma La Economía del Toro y del
periodista económico y profesor Diego Sánchez de la Cruz han podido comenzar a esclarecerse
los entresijos de todo este movimiento. Por fin se ha desvelado que los grupos
antitaurinos reciben anualmente enormes partidas económicas que provienen del
extranjero, especialmente de Holanda, Suiza, Gran Bretaña y EEUU. Existe, a
nivel mundial, un gran lobby formado por grandes organizaciones animalistas que
destinan anualmente cientos de millones a la lucha contra la tauromaquia en
todo el mundo. Además de atacar la tauromaquia ante instituciones como el
Parlamento Europeo, la UNESCO o los gobiernos de diferentes países, financian
todo tipo de campañas antitaurinas y ejercen presión a políticos, empresarios,
publicistas, medios de comunicación, encuestas de opinión pública, instituciones
educativas, entidades turísticas, etc., para que rechacen todo aquello que
tenga que ver con el mundo taurino. Los resultados de estos estudios han sido
publicados en diferentes medios de comunicación, así como en la propia web de https://laeconomiadeltoro.wordpress.com/.
Imagen tomada de www.abc.es |
Imagen tomada de www.libertaddigital.com |
Imagen tomada de www.larioja.com |
Imágenes tomadas de www.elmundo.es y www.larazon.es |
Según
recoge Ángel Berlanga en el nº 1.986 de la revista Aplausos, y en base a las investigaciones de Sánchez de la Cruz, en
la financiación de la lucha contra la tauromaquia destacan 4 grandes
organizaciones:
- CAS
Internacional (Comité Anti Stierenvechten), con sede
en Holanda y un presupuesto aproximado de 1,14 millones de euros en los últimos
cinco años.
- HSI
(Humane Society International), con sede en EEUU y un presupuesto de 183 millones
de dólares al año.
- LACS
(League Against Animal Cruelty), con sede en Gran Bretaña, un presupuesto de
3,4 millones de euros anuales, 40 trabajadores a tiempo completo y más de 100
colaboradores.
- Y
WSPA
(World Society for the Protection of Animals), también con sede en Gran
Bretaña, con 39 millones de euros al año como presupuesto y con 225
trabajadores a tiempo completo.
Imágenes tomadas de www.hsi.org, www.irvinsammos.net, www.torosennavarra.com y www.amigosproanimal.net |
Se sabe, igualmente,
que sólo la organización animalista PETA mueve en EEUU más de 50 millones de
dólares anuales.
Tras
conseguir acceder a la Memoria Financiera 2013 de CAS Internacional, la plataforma La Economía del Toro descubrió en qué emplea el dinero esta
organización. De los 245.000 euros de ingresos en 2013, dedicó 228.000 a
actividades antitaurinas. Es decir, más del 93% de su presupuesto. De ese
dinero, 23.000 euros fueron destinados a campañas y promociones antitaurinas; 59.000
euros a propaganda antitaurina; 2.000 euros a manifestaciones; 33.000 euros
fueron empleados en concepto de lobby político y legislativo, para ejercer
presión a los gobernantes y legisladores; 5.000 euros destinados a
publicaciones periódicas enviadas a través de email –newsletter-; 23.000 euros
a ejercer boicots comerciales y turísticos contra el espectáculo taurino
internacionalmente; 105.000 euros destinados a pagar el sueldo de los propios
integrantes de la organización; y 25.500 euros a campañas para la captación de
donantes de herencias para la causa animalista.
Imágenes de www.photaki.es y www.elperiodicomediterraneo.com |
Una
auténtica mafia. Y estas cuentas son sólo las de una de estas organizaciones.
Si sumamos el presupuesto de CAS, HSI, LACS, WSPA, PETA y otras de menor
envergadura, podemos imaginar la cantidad de millones que se emplean anualmente
para luchar contra la tauromaquia en todo el mundo. Recogiendo las propias
palabras de Ángel Berlanga en Aplausos:
CAS
Internacional tiene sede en Utrecht y representantes en Bélgica y el Reino
Unido. Hoy en día cuenta con más de 15.000 miembros donantes que ofrecen apoyo
a sus campañas y empleados en varios países que trabajan exclusivamente para
desarrollarlas. CAS Internacional apoya y participa en protestas antitaurinas
por todo el mundo, produce material anti (pósters, libros, vallas
publicitarias, panfletos…), da conferencias educativas, comisiona encuestas de
opinión pública, organiza congresos, da apoyo logístico y táctico a campañas,
participa en el debate taurino en los medios de comunicación, hace lobby
político a nivel local, nacional e internacional e investiga la industria
taurina en todo el mundo. Además, es una de las promotoras de la coalición
europea “Por una Europa sin Corridas”, que presiona en la Unión Europea, y de
la Red Mundial Por la Abolición del Toreo, donde se discuten tácticas y
estrategias antitaurinas en foros internacionales.
Por
otra parte, tal como recoge el propio Ángel Berlanga, CAS Internacional proporciona en su web -con total descaro e
impunidad- información falsa sobre los supuestos daños psicológicos que
ocasionarían los espectáculos taurinos a los menores, sobre la supuesta
promoción de la violencia en los mismos, o sobre las supuestas subvenciones
recibidas por el sector taurino por parte de las instituciones públicas. Afirmaciones
que en ningún caso han sido demostradas y que constituyen falsedades que ya hemos
desmontado en los apartados 10, 11 y 13. Por cierto, resulta el colmo del
cinismo que estos colectivos lancen la mentira de las subvenciones a la
tauromaquia, cuando son ellos los que están subvencionados internacionalmente
de una forma tan cuantiosa.
Del
mismo modo, en la web de CAS
Internacional también se jactan de haber conseguido “el fin del fomento y del patrocinio de la tauromaquia por empresas,
establecimientos de hostelería, programas de televisión y agencias de viajes”.
También piden la firma de diferentes peticiones a través de la web para
solicitar diversas acciones contra la fiesta taurina. Igualmente, pretenden
influir en los turistas para que rechacen la tauromaquia con comentarios como los
siguientes: “Nunca visite una corrida de
toros o una fiesta popular con maltrato animal, aunque sea una única vez”; “No compre recuerdos taurinos”; “No gaste su dinero en bares y restaurantes
que fomenten la tauromaquia”; “Informen
de las agencias de viajes y medios de comunicación que promocionan la
tauromaquia”; etc.
Lo
más lamentable es que todo este acoso y persecución se realice desde un
desconocimiento absoluto del fenómeno taurino. Es inconcebible que estas
organizaciones, aprovechándose de la sensibilidad hacia los animales natural en
cualquier persona, utilicen una imagen manipulada de la tauromaquia y la
identifiquen con el maltrato y la tortura, para captar donaciones de herencias de
personas de todo el mundo que no conocen absolutamente nada sobre tauromaquia.
Y es inconcebible también que esta guerra sucia esté financiada y promovida por
organizaciones extranjeras que desconocen totalmente la naturaleza del toro bravo
y la esencia del espectáculo taurino.
Pero,
¿qué se esconde realmente detrás de toda esta mafia animalista? ¿Qué intereses
ocultos pueden existir? Ya no sólo se trata de que todas estas organizaciones
dispongan de una gran cantidad de personas trabajando a tiempo completo.
Personas que literalmente viven de las protestas, manifestaciones y
campañas antitaurinas. Es que además, más allá de todo ello parecen encontrarse
los intereses comerciales de una de las industrias más potentes mundialmente en
las últimas décadas: la industria de la mascota. ¿Y qué tiene esto que ver con
la lucha contra la tauromaquia? Mucho más de lo que parece. Pero esto ya será analizado
en el siguiente apartado.
Imagen de www.peru21.pe |