Dentro
de todo este entramado de engaños y falsedades, los movimientos antitaurinos
repiten hasta la saciedad la patraña de las supuestas subvenciones a la
tauromaquia. Según ellos, el estado aportaría a este espectáculo más de 500
millones de euros, siendo ésta la única razón por la que sobreviviría. Al
parecer, este gran bulo circula por internet a raíz de un estudio difundido en
2007, publicado por el periódico 20 minutos y firmado por los políticos
nacionalistas catalanes. Ahora bien, dicho estudio no tiene ninguna validez,
pues no aporta pruebas ni datos oficiales, habiendo sido desmontado por
diferentes economistas. No por repetir
miles de veces una mentira se acaba convirtiendo en verdad. Pero sí que puede
calar en quienes no se detengan a revisar y analizar los datos reales.
TOMADO DEL ESTUDIO "LOS VALORES ECONÓMICOS DE LA TAUROMAQUIA", DEL DOCTOR EN ECONOMÍA JUAN MEDINA. www.toroslidia.com |
Según ha estudiado la plataforma La Economía del Toro, en 2014 la tauromaquia generó un total de 533 millones de euros de recaudación fiscal al estado español. Bastante más que el cine, la música, la danza o el teatro. Sólo en concepto de IVA, en 2013 la tauromaquia ingresó al estado un 18% más que la suma de lo generado por el cine español, las artes escénicas y la música clásica. En los Presupuestos Generales del Estado de 2016, el Ministerio de Cultura reseñó subvenciones de 135 millones de euros para el cine, de 94 millones para la música y la danza, y de 54 millones para el teatro. ¿Y para la tauromaquia? Específicamente para la tauromaquia: absolutamente nada. 0 euros. Ahí están los presupuestos. La única aportación económica del estado, como tal, a este espectáculo son los 30 mil euros del Premio Nacional de Tauromaquia. Cantidad que es asignada a todas las artes que reciben este galardón y que supone alrededor del 0,03% del presupuesto de dicho ministerio. Es evidente la mezquindad y manipulación de la corriente animalista.
La
propia Unión Europea, ante la obstinación de los antitaurinos, ha desmentido
una y otra vez que existan subvenciones directas y específicas a la
tauromaquia. Las ayudas europeas de las que se benefician los ganaderos de
lidia son comunes a todas las especies de ganado, percibiéndose en función de
la extensión de la explotación, e independientemente del tipo de animales que
se críen. En este sentido, resulta aberrante la manipulación informativa de los
medios de comunicación, cuando a finales de 2.015 saltó la noticia de que “la
Unión Europea eliminaría las ayudas a la tauromaquia”. No pueden eliminarse
ayudas que no existen. Distinto es que los ganaderos de lidia, al igual que los
del resto de bovinos, se beneficien de las ayudas de los programas PAC o
FEADER, cuestión que no se modificó. Por lo tanto, pareció tratarse de un
lavado de imagen, de cara a las presiones antitaurinas internacionales. Ahora
bien, es inconcebible que algunos de los propios eurodiputados de nuestro país
pretendieran eliminar a los ganaderos de lidia españoles de estos programas,
discriminándoles sin justificación con relación al resto de ganaderos.
TOMADO DEL ESTUDIO "LOS VALORES ECONÓMICOS DE LA TAUROMAQUIA", DEL DOCTOR EN ECONOMÍA JUAN MEDINA. www.toroslidia.com |
En
definitiva, se puede afirmar rotundamente que no existen subvenciones a la
tauromaquia, ni por parte del estado español, ni por parte de la Unión Europea.
Otra cosa distinta es que haya Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades Autónomas
que aporten pequeñas ayudas para dar apoyo a escuelas tarinas, a premios
taurinos, a actividades culturales taurinas o a la celebración de becerradas y
novilladas de promoción. También es frecuente que en algunos municipios, los
Ayuntamientos apoyen económicamente la organización de corridas de toros y
otros festejos taurinos. Igual que pueden apoyar un concierto, una verbena, una
exposición o cualquier otra actividad que se celebre durante sus festividades.
Pero
además, en el caso de los toros, se trata de un dinero que acaba multiplicándose
y revertiendo en el propio municipio, debido al impacto económico que el mundo
taurino tiene en bares, restaurantes, hoteles, pensiones, parkings, taxis,
autobuses… Y es que no habría que olvidar el enorme potencial económico que las
corridas de toros generan y el gran impulso que suponen para pueblos y
ciudades. Según los datos del doctor en economía Juan Medina, en 2013 el
impacto económico que tuvieron las ferias taurinas ascendió a 61,8 millones de
euros en Madrid; 26,2 en Pamplona; 17,9 en Sevilla o 13,2 en Bilbao. Cantidades
que repercuten principalmente en los sectores del alojamiento, restauración y
transporte. Sólo en la ciudad de La Coruña, por cada euro invertido en los
toros se generaron 8,1 euros.
TOMADO DEL ESTUDIO "LOS VALORES ECONÓMICOS DE LA TAUROMAQUIA", DEL DOCTOR EN ECONOMÍA JUAN MEDINA. www.toroslidia.com |
El
profesor Medina cifró en 1.100 millones de euros el impacto total de la
tauromaquia para la economía española en 2013. Dicha cantidad puede desglosase de este
modo: 282,4 millones correspondientes al volumen de negocio directo de los
toros; 248 millones de impacto indirecto sobre transporte, restauración y
alojamiento; y 569,6 millones de efectos inducidos en los sectores de la
agricultura, ganadería, transporte, servicios y actividades culturales. Evidentemente,
la tauromaquia siempre está sujeta a la situación económica del país, como cualquier
otro sector, por lo que su volumen de negocio varía sustancialmente según se trate
de épocas de crisis o de bonanza económica. Por otra parte, es incuestionable que
esta actividad supone un gran impulso para el empleo, más allá de los
profesionales que estrictamente vivan del toreo. Aproximadamente 200.000
personas se benefician de forma directa, indirecta o inducida en sectores como
la hostelería, el transporte, la restauración, la mercadotecnia o la gestión
directa de las plazas.
Imagen tomada de www.cartelestaurinosalborada.blogspot.com |
TOMADO DEL ESTUDIO "LOS VALORES ECONÓMICOS DE LA TAUROMAQUIA", DEL DOCTOR EN ECONOMÍA JUAN MEDINA. www.toroslidia.com |
La
aportación fiscal de la tauromaquia al estado español es enorme. Según datos de ANOET, sólo
en concepto de IVA la recaudación derivada de la gestión de las plazas de toros
ascendió a 139,3 millones de euros en 2014. De esa cantidad, 45 millones corresponden a
la venta directa de entradas. El resto, tal como explica el economista Juanma
Lamet y como recoge la plataforma La
Economía del Toro, atañe a conceptos como “los cánones de gestión, los servicios externos, el gasto en
profesionales sanitarios, los costes de transporte, el servicio a los
espectadores, los desembolsos informáticos, el gasto en publicidad, el coste de
los seguros, la venta de carne de lidia, las inversiones en dotación de las
plazas, la contratación de profesionales, los gastos ligados a los animales
involucrados en los festejos…” Por otra parte, no hay que olvidar que
muchos Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades son propietarios de las plazas
de toros, recibiendo una gran cantidad de dinero en concepto de canon por la
explotación de las mismas a cargo de las empresas taurinas. Sólo por la
explotación de la Plaza de Toros de Las Ventas, la Comunidad de Madrid percibe
anualmente un canon que ronda los 2 millones y medio de euros.
TOMADO DEL ESTUDIO "LOS VALORES ECONÓMICOS DE LA TAUROMAQUIA", DEL DOCTOR EN ECONOMÍA JUAN MEDINA. www.toroslidia.com |
Evidentemente,
es de justicia que la administración pública, recibiendo tantísimo dinero del
mundo de la tauromaquia, pueda reinvertir una parte de esos ingresos en
potenciar dicho espectáculo, estimulando así su capacidad de mover la economía.
Por otra parte, hay que recordar que en este país existen muchos millones de
aficionados a los toros, que pagan sus impuestos y que tienen todo el derecho
del mundo a que la tauromaquia sea apoyada por el estado del mismo modo que el
cine, el teatro, la música o la danza.
Sin
embargo, en los últimos meses se ha puesto de moda que muchos ayuntamientos
gobernados por partidos abiertamente antitaurinos eliminen o incluso prohíban
la destinación de ayudas a la celebración de festejos taurinos. En algunos
casos se trata de declaraciones vacías, de un lavado de imagen mediático
concedido al animalismo, pues con frecuencia esas ayudas eran mínimas,
prácticamente testimoniales. Además, se trata de una injustificable falta de
respeto a los miles de aficionados taurinos de dichos municipios, que pagan sus
impuestos y que tienen derecho a que sus ayuntamientos apoyen y promuevan estos
festejos, al igual que cualquier otra actividad cultural.
Ahora
bien, decir que “los toros están subvencionados” supone una gran manipulación
de la realidad. Se estima que el total de ayudas que pueda recibir el toreo sumando todas
las autonomías, todas las diputaciones y todos los ayuntamientos pueda oscilar entre 10 y 20 millones
de euros. Pues bien, sólo en concepto de IVA, la tauromaquia aporta al estado
alrededor de 140 millones. La conclusión es sencilla: los toros no están
mantenidos por el estado, sino todo lo contrario. Aún sumando todas las
ayudas de ayuntamientos, diputaciones o autonomías, la tauromaquia aporta
económicamente a las arcas públicas muchísimo más de lo que recibe.
Quizás
otras actividades culturales o deportivas realmente no sean autosuficientes sin
la ayuda de las subvenciones. En el caso de la tauromaquia, queda clara su
gran potencialidad en la generación de riqueza. Otra cosa distinta es que la
carga de impuestos (en concepto de IVA, seguros sociales, cánones de
arrendamiento, requisitos legales para la organización de festejos…) sea tan
alta que ponga en riesgo la propia sostenibilidad del espectáculo. Por ejemplo:
mientras que otras actividades gozan de un IVA reducido, el de los toros se
mantiene en el 21%. Organizar una corrida de toros conlleva una elevada
inversión, máxime cuando un alto porcentaje de los beneficios van a parar a manos
del estado. Y para cubrir estos elevados costes, los empresarios se ven
obligados a incrementar el precio de las entradas, lo cual repercute
negativamente en el nivel de asistencia del público. Este desequilibrio lo
acaba pagando el ciudadano aficionado, pero afecta a todo el entramado taurino.
He aquí uno de los grandes problemas del sector. Y una de las grandes
pretensiones de los movimientos antitaurinos y de los partidos políticos
contrarios a la tauromaquia: el ahogo fiscal del espectáculo para provocar su
debilitamiento y progresiva desaparición.
A
este respecto, vienen muy a colación las palabras del abogado, escritor y gran
aficionado Domingo Delgado de la Cámara, expresadas en el programa
radiofónico Es Toros, del 24 de enero
de 2016:
“Los toros
sufren un enorme expolio fiscal. Es la actividad más gravada vía impuestos que
existe en España. Pero además hay un segundo expolio, que es el de los pliegos
de condiciones. Mientras que para cualquier otro evento cultural todo son
facilidades, aquí el político de turno exige un dineral para que [el empresario]
se quede con la plaza. Y eso repercute luego en la carestía de las entradas y
en la calidad de los carteles. (…) En el momento en que el teatro, el cine, el
deporte (…) tuvieran la presión fiscal que tienen las corridas de toros, todo
eso desaparecía. (…) Lo que no se puede tolerar es la injusticia actual. Aquí o
todos moros o todos cristianos. Entonces, una de dos: o a nosotros se nos da el
mismo tratamiento que al resto de los eventos culturales, o que al resto de los
eventos culturales les pongan los mismos gravámenes y los mismos impuestos que
a los toros. A ver qué pasaría”.
A
la luz de esta verdadera injusticia cobran aún mayor gravedad todas las
mentiras y manipulaciones de la corriente animalista. Pero la cuestión no acaba
ahí. Tras lanzar a la sociedad semejante montaña de falsedades, han llevado a
cabo una auténtica guerra sucia contra la tauromaquia basada en el acoso, la
persecución, el boicot y la censura. Una guerra sucia que llega a extremos inimaginables.
En el siguiente apartado nos adentraremos en ello.